Me vais a odiar…
Esta misma tarde tenía que comprar papel en una librería, y de vuelta a casa me acerqué a
una tienda de cuyo nombre no quiero acordarme para ver si había llegado a mi ciudad la serie 10.
Y sí, ya había llegado. Me puse a sobetear sobres como un loco para ver si encontraba a Mr. Gold (las otras 16 minifigs prefiero coleccionarlas con más tiempo y tranquilidad en tiendas de más confianza), y ya daba por desperdiciada la tarde tras toquetear las 2 primeras filas, cuando mi tacto detectó una chistera. No era el gorro del capitán, era una chistera. Y un palo. Y un sable láser. No quedé convencido hasta que encontré el diamante.
Pagué el sobre y confirmé el contenido al llegar a casa. En efecto, era Mr. Gold.

Cuestión de tacto y de mucha suerte (Y supongo que ser el único AFOL activo en mi ciudad también tiene algo que ver). Todavía no me lo creo.